Las encías cumplen una función imprescindible en nuestra boca, que es la de soportar y mantener los dientes fijos en su sitio. Las encías sanas tienen un color rosado o levemente rojizo, son duras y tienen una sensibilidad limitada al dolor, la temperatura y la presión.
No obstante, son una zona muy sensible que requiere de un cuidado diario y constante para evitar problemas gingivales. La inflamación de las encías es un problema muy común que afecta tanto a personas mayores como jóvenes.
La causa principal es la acumulación de placa bacteriana. El tejido gingival se enrojece y se produce el sangrado al cepillarnos los dientes, utilizar hilo dental o al morder alimentos duros. Es una enfermedad reversible si es tratada a tiempo. Si no hacemos nada al respecto, se desarrollan espacios o bolsas que debilitan la unión entre diente o encía, lo que puede provocar la pérdida de piezas dentales debido a una enfermedad más grave conocida como periodontitis.
Falta de vitamina C. Es imprescindible el consumo habitual de fruta y verdura por su alto contenido en Vitamina C, que ayuda a la síntesis del colágeno presente en nuestras encías.
Uso de determinados medicamentos. Los efectos secundarios de algunos fármacos pueden provocar la inflamación de nuestras encías.
Abrasión de las encías. Cepillar con agresividad nuestros dientes puede provocar el sangrado de encías.
Factores sistémicos. La gingivitis está relacionada también con el sistema endocrino. Así pues, etapas como la pubertad, el embarazo, el ciclo menstrual y la diabetes no controlada son una causa más.
Además, el uso de ortodoncia nos dificulta la eliminación de la placa de que se acumula en nuestros dientes. La mala colocación del aparato incrementa la posibilidad del sangrado de nuestras encías, por eso es fundamental acudir a dentistas especializados.
¿Cómo prevenir la gingivitis? Cepillar nuestros dientes 2-3 veces al día, con una buena dieta y evitando excesos innecesarios como fumar tabaco ayuda a la buena salud de nuestras encías. Sin embargo, puede no ser suficiente y por eso se recomienda acudir al dentista 1-2 veces al año para una revisión.
Si se detecta gingivitis o periodontitis hay varios tratamientos, en función de lo dañadas que estén las encías:
- Curetaje. Consiste en la limpieza por debajo de las encías para eliminar el sarro acumulado en la raíz del diente.
- El siguiente tratamiento es la cirugía periodental, que consiste en la eliminación de las bolsas para regenerar la encía.
- En último lugar está la regeneración de hueso, con la cual se rellenan las cavidades después de la extracción de una pieza o de un quiste. Para ello se utiliza o el PRGF, plasma rico en factores de crecimiento, o bien biomateriales para regenerar el hueso y permitir después la colocación de un implante.